Una parte de mi labor profesional es atender situaciones de urgencia desde el servicio de psicólogos de guardia del 112 aquí en Navarra; por lo que muchas veces particulares y colegas me han preguntado que hace un psicólogo cuando interviene en una situación de crisis.
Existen distintos tipos de crisis: vitales, situacionales y complejas. Las crisis vitales tienen que ver con nuestro propio desarrollo y los cambios que devienen en cuanto a responsabilidades, expectativas, cambios físicos etc. Por otro lado las crisis situacionales y complejas tienen que ver con acontecimientos más o menos extraordinarios y que producen algún tipo de cambio en cuanto a nuestros recursos personales o del entorno.
Las crisis pueden venir a partir un acontecimiento negativo pero también de uno positivo como casarse, tener hijos o empezar un nuevo trabajo. Nadie es inmune a ellas, son limitadas en el tiempo y la mayor parte de las personas se recupera sin apoyo especializado.
Hay crisis que desbordan las fronteras de la experiencia diaria de la persona o superan las estrategias habituales de afrontamiento y que pueden requerir la ayuda del experto.
Ante una crisis las personas podemos reaccionar de formas muy diferentes, algunas mantendrán la calma mientras que otras expresarán pánico, terror, rechazo, ira; unas sentirán que no pueden estar quietas mientras que otras se quedarán bloqueadas, saturadas por todo lo que están sintiendo.
Algunas tendrán sueños o pesadillas, otros se sentirán especialmente sensibles y con ganas de llorar, con dolor de cabeza o de estómago, con ganas de retomar el trabajo para evitar pensar en lo sucedido…Estas son sólo algunas de las reacciones y TODAS ELLAS SON NORMALES, son desagradables pero no significa que estemos enfermando mentalmente. Estas sensaciones suelen desaparecer en unas horas, días o semanas. Si pasado un mes las sensaciones no han cambiado y la persona siente que interfieren en su vida, entonces es el momento de contactar con un psicólogo.
Entonces ¿Qué hacemos, para qué vamos los psicólogos a las urgencias?
Sabemos que en estas situaciones cuanto antes se reciba apoyo psicológico profesional las personas se recuperan mejor y se reduce mucho el riesgo de aparición de complicaciones como estrés post traumático u otras enfermedades mentales. Durante la crisis ayudamos a gestionar ese primer impacto emocional ayudando a desactivar el sistema nervioso, calmando, facilitando el contacto con la realidad y la aceptación de lo ocurrido, favoreciendo la expresión emocional y la puesta en marcha de recursos propios, facilitando la toma de decisiones, la puesta en contacto con familiares o recursos de la comunidad…Ponemos un paraguas ante la tormenta emocional y una almohada en la que apoyarse. No podemos evitar ,ni quitar el dolor, ni lo pretendemos pero cuando hay que dar una mala noticia a un niño y el adulto no sabe cómo hacerlo, qué palabras utilizar, en qué momento decirlo…ofrecemos pautas para ello, dotando así a las personas de recursos de forma inmediata, pautas de autocuidado, información a cerca de que esperar en los próximos días y cuando solicitar ayuda profesional.
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